Algoritmos
Un algoritmo es una serie de instrucciones secuenciales ―es decir, que van uno después del otro― que permiten ejecutar acciones o programas. Es crucial para avances tecnológicos como la inteligencia artificial. Algunos programadores afirman que dicha secuencia es más importante que el lenguaje de programación y la computadora.
Hagamos la comparación con un edificio: el lenguaje de programación serían los conceptos que los albañiles entienden para ejecutar la obra; la computadora serán los ladrillos y los materiales para construirla, pero los planos serían el algoritmo.
Sin ellos nadie sabría qué hacer, y son los que garantizan que el edificio sea como se lo imaginó el arquitecto y funcione, de tal forma que no encuentres el baño adentro del elevador.
Tipos de algoritmos
En informática se pueden englobar dos tipos de algoritmo.
- Cuantitativos: son aquellos cuya resolución depende de un cálculo matemático.
Ejemplo: volviendo a Facebook, muchas de las funciones de las métricas son cuantitativas. Por ejemplo, sumar cuántas vistas tuvo una publicación, el número de interacciones y el cruce resultante de ambos datos para tener una media.
- Cualitativos: su resolución no involucra cálculos numéricos, sino secuencias lógicas.
Ejemplo: la inteligencia artificial ha permitido el desarrollo de programas para la detección de fraudes bancarios.
Descubrieron que la forma en la que tecleamos es única, por lo que han desarrollado softwares capaces de detectar si el titular de una cuenta está tratando de entrar a su homebanking o es un impostor con base en la fuerza y la velocidad con que teclea su nombre y su clave de usuario.
Algoritmo que ya influyen en tu vida
Nuestra vida está totalmente atravesada por los algoritmos. Tienen un rango de influencia que muchas veces ni nos imaginamos, por ejemplo, al momento de solicitar un trabajo.
Cada vez es más común que las empresas utilicen sistemas digitales de reclutamiento, esto quiere decir que las hojas de vida de los candidatos primero son filtradas por un programa para elegir a los mejores, a partir de ahí recién son vistas por el personal de recursos humanos. Y aquí es pertinente hablar de los problemas que plantean los algoritmos: son realizados por personas, por lo que son susceptibles a sus prejuicios y sesgos.
Tal es el caso del desafortunado Tay, un robot de Twitter diseñado para contestar preguntas y establecer comunicaciones que tuvo que ser retirado porque no “sabía” lidiar con las bromas de los usuarios y terminó elaborando mensajes con contenido racista, sexista y xenófobo.
Si quieres pedir un préstamo, es muy probable que el algoritmo también influya. Históricamente los bancos analizaban la capacidad de pago del solicitante junto con sus ingresos y su historial crediticio.
Lo que es un hecho es que son una realidad en nuestra vida y no los podemos detener. La mejor herramienta al alcance de nuestra mano es la información.
Si quieres conocer más sobre este tipo de temas, en nuestro blog encontrarás varios artículos.
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